HISTORIA DE LOS PROTESTANTES ESPAÑOLES

Episodio Protestante de la Historia del Monasterio de San Isidoro del Campo

«Si Dios un día hace misericordia a Sevilla, será razón que este monasterio de San Isidoro se convierta en universidad, donde la Teología principalmente se profese... Tan grandes y mayores cosas que estas ha hecho Dios en nuestros tiempos.» Cipriano de Valera en «Dos Tratados» (Londres, 1588)

Testigos presenciales

Cipriano de Valera:

"Después de esta persecución de Rodrigo de Valer, otros muchos fueron perseguidos, de los cuales algunos se escaparon. Como el Doctor Juan Pérez, que se vino a Ginebra, donde imprimió el Testamento Nuevo y otros libros en español. Otros se quedaron. De los cuales, muchos perseveraron. Y otros, cobraron tanto miedo a la Inquisición, que negaron la verdad. Y, lo que es peor, fueron perseguidos por ella; como fue el Doctor Hernán Rodríguez y el Maestro Garci Arias, que comúnmente llamaban el Maestro Blanco. Pero Dios tuvo misericordia de Blanco y del lobo lo hizo cordero. Y así fue con muy gran constancia quemado. Este Blanco, cuando Dios lo hizo verdaderamente Blanco, decía a los Inquisidores libremente en las audiencias cuando lo examinaban que más valían para ir tras una reata de asnos que no para sentarse a juzgar materias de fe, las cuales ellos no entendían.

"En el año de 1555, salieron de Sevilla siete personas, entre hombres y mujeres. Y vinieron a Ginebra, donde residieron. En el año 1557, acontecieron en Sevilla cosas maravillosas y dignas de perpetua memoria. Y es que, en un monasterio de los más célebres y ricos de Sevilla, llamado San Isidoro, el negocio de la verdadera religión iba tan adelantado y tan a la descubierta, que no pudiendo ya más con buena conciencia estar allí, doce de los frailes, en poco tiempo, se salieron. Unos por una parte y otros por otra. Los cuales, dentro del año se vieron en Ginebra, a donde, cuando salieron, tenían determinado de ir. No hubo ninguno de ellos que no pasase grandes trances y peligros. Pero de todos estos peligros los escapó Dios y, con mano potentísima los trajo a Ginebra.

"Los que en el monasterio se quedaron (porque es de notar que casi todos los del monasterio tenían el conocimiento de la religión cristiana, aunque andaban en hábitos de lobos), padecieron gran persecución. Fueron presos, atormentados, afrentados, muy dura y cruelmente tratados, y al fin muchos de ellos quemados. Y en muchos años, casi no hubo Auto de la Inquisición en Sevilla, en el cual no saliese, o algunos, de este monasterio.

"Entre los que salieron y vinieron a Ginebra, fueron el Prior, el Vicario y Procurador de San Isidoro. Y con ellos salió el Prior del Valle de Écija, de la misma Orden. Y no solamente Dios, con su brazo poderoso, libró de las crueles uñas de los Inquisidores a estos doce, antes que comenzase la gran persecución en Sevilla, más aún después, en tiempo de la gran persecución, libró otros seis o siete, de este mismo monasterio; entontecido y haciendo de ningún valor y efecto todas las estratagemas, avisos, cautelas, astucias y engaños de los Inquisidores, Que los buscaron y no los pudieron hallar. Porque a quien Dios quiere guardar, ¿quién lo destruirá ?" (*)

(*) Tratado del Papa y de su Autoridad, Cipriano de Valera, págs. 247-248.

Antonio del Corro

Reginaldo González de Montes

«No libró de este contagio su retiro en el campo al antiguo Monasterio de San Isidoro», reconoce el Padre Santivañez en su «Historia de la Provincia de Andalucía de la Compañía» (escrita en 1600 y todavía inédita, pero conservada en la Universidad de Granada), quien añade «aqueste retirado claustro había escogido para Depósito el Racionero Julianillo en que guardar, como en carga de agua, los libros heréticos que de Alemania portaba».

Prácticamente toda la comunidad jerónima, con su prior al frente, se identificó con la Reforma en 1557. En consecuencia, unos huyeron de la Inquisición, entre los que estaban Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera, traductor y revisor de la primera Biblia completa impresa en castellano, y Antonio del Corro. Otros fueron quemados públicamente en Sevilla. Y el resto, a petición de Felipe II y con la aprobación del Papa Pío V, se unieron a los antiguos jerónimos en 1568.

«El episodio de los Reformistas del siglo XVI"

El historiador sevillano Antonio Domínguez Ortiz, resume la historia de este Monasterio con las siguientes palabras: «A lo largo de una existencia en general gris y monótona, tiene destellos de singular intensidad: el episodio de los reformistas el siglo XVI, las esculturas de Martínez Montañés en el siglo XVII y, a fines del siglo XVIII, y ya en tono menor, la residencia del padre Ceballos, autor de la Falsa Filosofía.»

«El episodio de los reformistas del siglo XVI tuvo su origen en el estudio de la Biblia que alentaban el Dr. Egidio primero, y el Dr. Constantino después, con su predicación en la Catedral de Sevilla, y Julianillo H e r n á n d e z trayéndoles de Ginebra Nuevos Testamentos, Salmos y diversa literatura de edificación y polémica religiosas. U n a u t o r contemporáneo, R. G. Montes, narrando la transformación que los monjes y el M o n a s t e r i o experimentaban, escribió: «Las horas que llaman de coro y rezo, se habían c o n v e r t i d o e n explicaciones de la Santa Escritura.» 16 Las primeras sospechas se produjeron a raíz del proceso contra el Dr. Egidio (1551) y el secuestro inquisitorial de cuatro Biblias completas y ocho libros sueltos de la Escritura, al menos en 1552, a frailes de San Isidoro, y una Biblia a un monje del Monasterio de Nuestra Señora del Valle, en Ecija.

El Santo Oficio procedió contra los que permanecieron en sus respectivos claustros. Y a los que encontró culpables de «luteranismo» los sentenció a la hoguera o cárcel perpetua, tras un largo encierro, cinco años para García Arias, en los calabozos del Castillo de Triana, sede del Tribunal. A los que se refugiaron en el extranjero, se les quemó en estatua, menos a «Fray Juan Sastre, fraile lego natural de Palencia, al cual envió Su Majestad desde Flandes», que ardió en persona. Este peligro de extradición amenazaba igualmente a los demás, ya que todos eran seguidos por eclesiásticos que servían de espías a Felipe II. Todavía se conservan las relaciones de las cantidades que recibieron por tan miserable ocupación.

En la relación que damos más adelante podrás ver, querido lector, los nombres de Casiodoro, Cipriano y Antonio del Corro, que estudiaremos con más detalle por la importancia y vigencia de su labor literaria. De estos tres y de sus compañeros de claustro Fray Cristóbal de Arellano, Fray Francisco Fox Morcillo y Fray Gaspar Porres se ocupó Mario Méndez Bejarano en su «Diccionario de Escritores, Maestros y Oradores naturales de Sevilla y su actual provincia.» ¿Se limitó la crisis de fe a los jerónimos de San Isidoro del Campo?

Otros jerónimos que abrazaron la Reforma

De San Isidoro dependían Santa Ana de Tendilla; Santa María de Barrameda, junto a Medina Sidonia; San Miguel de los Ángeles, junto al Pedrín (Sevilla); Santa Quiteria de Jaén (una ermita); Nuestra Señora de Gracia, de Carmona; y Nuestra Señora del Valle, de Ecija. Nada se sabe de lo que pudo ocurrir en esos lugares en cuanto a los cambios experimentados en San Isidoro del Campo, a excepción del último mencionado.

También en el Monasterio de Nuestra Señora del Valle, de la misma Orden, situado en las afueras de Écija (Sevilla), en la margen occidental del Genil, se aceptó la Reforma. El Prior huyó a Ginebra y el Vicario fue condenado por los Inquisidores de Sevilla a ser quemado vivo. Del segundo de ellos nos ha llegado el autógrafo en documentos que firmó en Santiponce (Sevilla) cuando estaba en el Monasterio de San Isidoro del Campo.Y por la relación oficial del Auto Público de Fe en Sevilla, el 28 de octubre de 1562, aparece como Fray Cristóbal de Arellano, natural de Arnedo, Vicario del Monasterio de Nuestra Sra. del Valle (Ecija), predicador, relajado en persona y confiscación de bienes, por «luterano». ¿Fue él quien introdujo la Reforma allí? Ningún historiador del Monasterio ecijano se ha ocupado de este episodio. Ni siquiera Fray Rodrigo de Yepes, jerónimo que moró en él y escribió poco después de estos hechos (en 1570).

En un informe inquisitorial de «Penitenciados fuera de Auto» se dice que « Leonor de San Cristóbal, profesa del Monasterio de Santa Paula de Sevilla», tenía que privarse de muchas funciones conventuales y de no salir del «dicho monasterio, sin licencia y mandado de los señores Inquisidores», «por cosas de la secta luterana».

Y dentro de la otra Rama de los Jerónimos, la más numerosa, que terminaría absorbiendo a los « isidros» y continúa en nuestros días en las pequeñas comunidades de Santa María del Parral, Segovia; y San Jerónimo de Yuste; dos destacados miembros, que habían asistido al Concilio de Trento, están relacionados con nuestro asunto: Juan de Regla, y Francisco Villalba, procesados por luteranismo por los Tribunales de Zaragoza y Toledo, respectivamente.

Limitándose a Santiponce, las sentencias se resumen así:

  • 3 Quemados vivos y confiscación de bienes.
  • 3 Quemados vivos.
  • 11 Quemados en estatua.
  • 2 Hábito y cárcel perpetua.
  • 1 Hábito y cárcel parcial.
  • 2 Abjuración de vehementi y reclusión en un monasterio.

En la correspondencia de la Inquisición de Sevilla al Consejo de la Suprema se menciona a otro Jerónimo de San Isidoro del Campo, Fray Andrés de Málaga, igualmente acusado de luteranismo, pero no sabemos si el Tribunal de Sevilla sentenció contra él.

Relación nominal

Sabemos algunos nombres de los protestantes procesados por los inquisidores de Sevilla, por la correspondencia de Fernando de Valdés, Arzobispo de Sevilla e Inquisidor General, con el Papa Paulo IV y Rey Felipe II. Al primero le decía lo siguiente: "Unos frailes del monasterio de san Isidro, extramuros de ella (Sevilla), que son de la orden de los ermitaños de san Jerónimo, y entendieron ser culpados, luego se ausentaron del monasterio y del arzobispado y del reino, y entiéndase que están en Alemania, los nombres de los cuales van en una memoria que con está con ésta. Y de los que quedaron en el monasterio, están presos en la inquisición de Sevilla ocho frailes, además de otras personas, sus cómplices". Y en una carta del Consejo de la Suprema y General Inquisición a Felipe II, se informa de las decisiones que empezaron a tomar. Y que literalmente decía: "Los que ahora importaría poderse haber son fray Francisco Farias, prior, Fray Casiodoro y fray Antonio del Corro, todos tres, frailes del monasterio de San Isidoro de Sevilla"

Y la relación más completa la conocemos por los listados originales del Tribunal de la Inquisición en Triana, conservados hoy en la Sección de Inquisición del Archivo Histórico Nacional, en Madrid. Y que, en orden cronológico detallamos a continuación:

Nombres de los condenados

24 septiembre 1559:

  • FRAY MIGUEL OLIVER. Quemado vivo en Sevilla.
  • FRAY FRANCISCO MORCILLO. Quemado vivo en Sevilla.
  • FRAY BENITO. Hábito y cárcel perpetua.

22 diciembre 1560:

  • FRAY JUAN SASTRE. Quemado vivo al cual mandó Su Majestad preso desde Flandes.
  • FRAY DIEGO LÓPEZ. Hábito y cárcel Natural de Tendilla.
  • FRAY BERNARDINO DE VALDÉS. Hábito y cárcel perpetua.
  • FRAY DOMINGO DE CHURRUCA. Hábito y cárcel perpetua.
  • FRAY GASPAR DE PORRAS. Abjuración de vehementi y reclusión en un monasterio.
  • FRAY HERNANDO DE SAN JERÓNIMO. Abjuración de vehementi y reclusión en un monasterio.

26 abril 1562:

  • FRAY FRANCISCO FARIAS. Quemado en estatua.
  • FRAY JUAN DE MOLINA. Quemado en estatua.
  • FRAY PEDRO PABLO. Quemado en estatua.
  • FRAY CASIODORO. Quemado en estatua.
  • FRAY ANTONIO DEL CORRO. Quemado en estatua.
  • FRAY LOPE CORTÉS. Quemado en estatua.
  • FRAY HERNANDO DE CASTIBLANCO. Quemado en estatua.
  • FRAY CIPRIANO. Quemado en estatua.
  • FRAY FRANCISCO DE LA PUERTA.Quemado en estatua.
  • FRAY ALONSO BAPTISTA. Quemado en estatua.
  • MAESTRO GARCIA ARIAS. Quemado y confiscación de bienes.
  • FRAY JUAN CRISÓSTOMO. Quemado y confiscación de bienes.
  • FRAY CRISTOBAL DE ARELLANO. Quemado en estatua.

Fray Benito debió fugarse porque en el Auto del 13 de mayo de 1565 fue quemado en estatua. En la correspondencia de los Inquisidores de Sevilla al Consejo de la Suprema y General Inquisición, se menciona otro fraile de San Isidoro del Campo, llamado FRAY ANDRÉS DE MÁLAGA, acusado de luteranismo como todos los anteriores. Pero no sabemos si lo acordaron alguna sentencia contra él.

Entre los testimonios que hemos reunido de historiadores locales, citaremos dos más. El de Aurelio Gali Lassaletta, que en 1892, decía que "algunos reservadamente abrazaron la reforma de Lutero" y el de Joaquín González Moreno, quien profundiza al escribir como "un importante número de monjes jerónimos de San Isidoro abrazaron la fe evangélica. Unos fueron quemados en efigie, otros perseguidos y huyeron al extranjero y algunos murieron. En la relación que hemos sacado de las actas, figuran algunos de estos religiosos, que periódicamente visitaban, confesaban y predicaban en Santiponce".

Además del Tribunal de la Inquisición, la Contrarreforma contó con el decidido apoyo del Concilio de Trento, los Jesuitas, la unión de la Iglesia con el estado y las celebraciones y "pasos" de la Semana Santa. Y, en el tiempo inmediatamente posterior a los hechos narrados más arriba, el más completo ejemplo lo tenemos en el propio Monasterio de san Isidoro del Campo. Veamos. Después de que los Inquisidores determinaron y ejecutaron las diferentes sentencias contra los frailes que habían abrazado la Reforma; los Jesuitas, se encargaron de adoctrinar al resto. Por su parte, Felipe II, ordenó la unión de los jerónimos Observantes con los antiguos y les favoreció con la construcción del un nuevo claustro, el más grande y lujoso; hoy desaparecido. Además, se trajeron las reliquias de San Eutiquio, mártir romano. Y, con las creaciones de Martínez Montañez y las reformas posteriores, se enfatizaron representaciones marianas extrabíblicas, como la Asunción, que corona su retablo, o la Inmaculada Concepción, situada sobre el facistol.

Nueva etapa del Monasterio de San Isidoro del Campo

Por la venta de una parte en el siglo pasado y la salida en 1978 de la media docena de jerónimos que lo habían vuelto a ocupar en 1956, el Monasterio de San Isidoro del Campo, ha inició una nueva etapa con el Centro Laboral «Paz y Bien», dependiente de la Asociación Protectora de Deficientes Psíquicos "Paz y Bien", de ámbito provincial y cuyos Estatutos fueron aprobados el día 27 de junio de 1979. Y que está presidida por el Padre Rafael, capuchino.

Mientras que, la Fundación Evangélica Reina Valera, que se había constituído en 1981, por un grupo de evangélicos de distintas denominaciones y partes de España, presididos por Juan Llobregat; tras la correspondiente notificación a la Dirección General del Patrimonio Artístico, por si deseaba ejercer el derecho de tanteo, compró a la Unión Cervecera S.A., 30.000 metros cuadrados, de los que 5.000 estaban edificados.

La parte noble, claustro gótico (siglos XV-XVI) y torre barroca (siglo XVIII), se utilizó para el Centro de Estudios, Biblioteca, Museo y Archivo de la Reforma, Salón de Conferencias, Proyecciones y Encuentros nacionales e internacionales. Todo ello al servicio del objeto que le dio origen y que se le reconoció por el Ministerio de Cultura. Es decir: "Promoción de la Biblia Castellana Clásica, estudios especializados de la Biblia y proyectados a la difusión de la Fe Evangélica" Actividades que se iniciaron ese mismo año, con una Exposición de Biblias y Conferencias Bíblicas.

Daba hospitalidad a varias familias, entre las que estuvo la del que suscribe, y grabó varias conferencias. Además de editar un Catálogo, un Boletín Informativo y un libro de Poemas, en la imprenta de "Paz y Bien". La prensa local y las revistas protestantes, nacionales y extranjeras, se hicieron eco de esta nueva situación.

En 1988, la Junta de Andalucía, compró a la Fundación Evangélica Reina-Valera su sede en el antiguo monasterio de San Isidoro del Campo, por 22.304.940 pesetas y un terreno de 1.200 metros cuadrados, edificable a dos plantas, en los aledaños. Para la nueva ubicación, el arquitecto Santiago Aparicio, quien ya había proyectado el acondicionamiento de la anterior propiedad, redactó un nuevo Anteproyecto que todavía no se ha ejecutado.

Con la fundación de la Iglesia Cristiana Evangélica de Santiponce, con un activo programa misionero y social, entre los que figura una emisora de radio (Radio Luz · 99,90 FM) y un hogar de ancianos, y la reciente Fundación Abre; El testimonio protestante continua y se alegra con el "retorno" de Reina, Valera y Corro.

Exposición en el Monasterio de San Isidoro del Campo

El Monasterio de San Isidoro del Campo, en Santiponce (Sevilla), tras una larga y costosa restauración, abrió sus puertas. Y, parece que ahora lo será permanentemente, con el fin de que pueda ser visitado por tantos y tantos que le relacionan con la historia, el arte y la espiritualidad.

Para tal fin, dentro de los actos del VII Centenario de su fundación por Guzmán el Bueno, y con el Presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, la Consejería de Cultura presentó una valiosísima exposición titulada "San Isidoro del Campo (1301-2002): Fortaleza de la Espiritualidad y Santuario del Poder", que tiene como Comisario al historiador del arte Pedro José Respaldiza. Se inauguró el 9 de junio del 2002 y su clausura está prevista para el 8 de diciembre del mismo año.

El itinerario interior, nos guía por seis espacios, donde nos encontramos con las singulares piezas del continente, del contenido fijo y de una larga serie de esculturas, cuadros y documentos traídos para la ocasión. Todos ellos, comentados e ilustrados en el bellísimo Catálogo y anticipados en el folleto que se entrega a los visitantes. De este último texto, copiamos las palabras que siguen y que especialmente nos emocionan, por lo cercanos que nos resultan y porque confirman el largo silencio que se mantuvo sobre la relación del lugar con la Reforma y la historia de la Biblia en España:

"Entre los documentos y las publicaciones expuestas en esta área, destaca la Biblia del Oso, testimonio de la actividad investigadora y del pasado innovador de los monjes jerónimos. Esta Biblia, ligada al foco reformista que surgió en esta comunidad en el siglo XVI, fue publicada fuera de España por Casiodoro de Reina y revisada por Cipriano Valera, dos monjes que habían residido en este Monasterio"

La muestra, tal y como esperaban los organizadores, despertó un gran interés entre los evangélicos y son muchas las excursiones organizadas para recorrerlas. Además de las que realizan las congregaciones locales, que desde el principio contaron con la colaboración del Centro de Estudios de la Reforma (CER), se están organizando visitas de grupos de otros lugares de España, con la asistencia técnica de Ansar Travel y los Guías del CER. Luis Usoz y Río, se lamentaba de que "ni de Valera, ni de sus compañeros los demás monjes, se habla una sola palabra conmemorativa en las crónicas de la Orden de S. Jerónimo. Y muy contadas de su convento" (En la página LXVIII, de su edición clandestina de Tratado para confirmar en la Fe Cristiana Cipriano de Valera A. de 1854).

Podemos añadir nosotros que las excepciones corresponden a Sor Cristina de Cruz de Arteaga y Falguera, hija del Duque del Infantado y Priora del Monasterio de Monjas Jerónimas en Sevilla, e Ignacio de Madrid, monje jerónimo en San Isidoro del Campo (Santiponce, Sevilla) y Santa María del Parral (Segovia).

Sor Cristina, en su discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, en Sevilla, dijo el año 1973: "Casiodoro de Reina, Antonio del Corro y Cipriano de Valera, se convirtieron en activos traductores, comentaristas y editores de la Biblia" (En la página 46, de LA ORDEN DE SAN JERÓNIMO, MECENAS DE TODAS LAS ARTES Y SU TRIPLE PROYECCIÓN EN SEVILLA Sor Cristina de la Cruz de Arteaga y Falguera Discurso de recepción en la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría Sevilla, 1974 ( 78 págs.))

Por su parte, Ignacio de Madrid, aludió al "tristemente célebre Cipriano de Valera" y reclamó la condición de campeones de la Contrarreforma para su orden, por la influencia que tuvieron en Carlos V y Felipe II. Página 1644, del Tomo III del Diccionario de Historia Eclesiástica de España CSIC. Madrid, 1972)

El profesor de Paleografía y Diplomática de la Universidad de Sevilla, Joaquín González Moreno, en su libro Historia de Santiponce (Sevilla, 1982), escribió sobre la relación de Antonio del Corro, Casiodoro de Reina, Cipriano de Valera, entre otros, con el Monasterio de San Isidoro del Campo:

"Un importante número de monjes jerónimos de San Isidoro abrazaron la fe evangélica. Unos fueron quemados en efigie, otros perseguidos y huyeron al extranjero y algunos murieron. En la relación que hemos sacado de las actas, figuran algunos de estos religiosos, que periódicamente visitaban, confesaban y predicaban en Santiponce".

En nuestros días, el Ayuntamiento de Santiponce, dedicó un homenaje público a Casiodoro de Reina, durante el año 1994, al cumplirse el IV Centenario de su muerte. Y poco después, aprobó rotular una calle para él y para Cipriano de Valera.

Pedro José Respaldiza Lama, Comisario de la Exposición organizada en el Monasterio de San Isidoro del Campo, escribió en su Catálogo:

"Es en esta centuria (siglo XVI) cuando tuvo lugar un capítulo importante en la historia del Monasterio, ya que entre sus muros surgió un foco reformista del que más tarde nacería la Biblia del Oso, primera traducción al castellano realizada por Casiodoro de Reina, revisada por Cipriano de Valera en la edición de 1602, monjes huidos de la represión desatada por la Inquisición, que ocasionó la prisión y muerte del prior y varios monjes"

Y, en el folleto que se entrega a los visitantes a la Exposición, se dice que "entre los documentos y las publicaciones expuestas en esta área, destaca la Biblia del Oso"

SAN ISIDORO DEL CAMPO ( 1301-2002) Fortaleza de la Espiritualidad y Santuario del Poder E. Valdivieso, P.J. Respaldiza, E. Pareja, J. González, E. Gómez, C. Rallo y J. Guillén Consejería de Cultura de la junta de Andalucía Sevilla, 2002 (384 págs.) ( Catálogo de la Exposición. Ilustrado a todo color ) pp. 35-36.

"San Isidoro del Campo (1301-2002). Fortaleza de la Espiritualidad y Santuario del Poder" Santiponce (Sevilla) España. Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. Comisario: Pedro J. Respaldiza Lama.

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