
El 17 de Julio de 1929
UN CAPÍTULO DE NUESTRA DEUDA CON LOS PROTESTANTES FRANCESES
En Osse, su pueblo natal en el sur de Francia, descansó de su abnegado ministerio y enfermedades, ALBERT CADIER, fundador en el año 1906 de la Misión del Alto Aragón. Con sus labores misioneras y la colaboración de ayudantes españoles como Salvador Ramirez y Carlos Araujo Carretero; sembraron la semilla de la Palabra de Dios en pequeños y mayores, a través de las Escuelas Evangélicas y las congregaciones organizadas en la provincia de Huesca. Así tenía continuación, el testimonio y refugio que entre nuestros correligionarios al otro lado de los Pirineos, disfrutaron en el siglo XVI, como sabemos por la historia de Juan Pérez de Pineda. Antonio del Corro y Pere Galés. Y lo que repitieron en el siglo XIX, con Manuel Matamoros, Juan Flores, y otros desterrados por su amor y difusión de la Biblia. [Editar]

